Se descubre el origen de un extraño zumbido detectado en todo el mundo

A mediados del  año 2018 diversas estaciones sísmicas comenzaron a detectar una serie de temblores  cerca de la isla francesa de Mayotte, la cual se encuentra ubicada entre África y Madagascar. Estas señales sísmicas despertaron la curiosidad de toda la comunidad científica, quienes el pasado 2019 descubrieron de que se trataba: estaba naciendo un volcán submarino a tan solo 50 kilómetros de la costa de la isla. Todo inició el 10 de Mayo del 2018, cuando diversos radares comenzaron a detectar un  extraño zumbido de baja frecuencia el cual se propagó por todo el mundo.

Cosa que alertó a la comunidad científica, pero, no fue hasta el 15 de Mayo de ese mismo año, cuando se detectó un temblor con una magnitud de  5,9, siendo el nivel más alto detectado en toda la región. Vaya que si era algo importante ese extraño zumbido ¿no creen?

A lo largo del estudio, los investigadores detectaron 7.000 terremotos tectónicos. Estos se originan cuando la energía acumulada en los choques y uniones de las placas tectónicas es liberada en un movimiento sísmico. Además, también registraron 407 señales sísmicas de largo periodo, conocidas como VLP, las cuales son armónicas y bajas. Estás tenían una duración de unos 20 a 30 minutos, y podían ser detectadas a cientos de kilómetros de distancia.

Los investigadores hallaron que el origen de los terremotos y señales sísmicas se encontraban a unos 35 kilómetros de la costa de la isla. Pero, debido a que en esa área del fondo del océano no había una red sísmica, estos tuvieron que limitar sus mediciones a Mayotte,  África y Madagascar.

Los investigadores no observaron ningún signo de actividad volcánica en el sector, pero intuyeron que existía la posibilidad de que los procesos magmáticos estuvieran formando uno. Además, descubrieron que la superficie de la isla había disminuido unos 20 centímetros, lo que indica una actividad relacionada con los terremotos y el extraño zumbido.

Gracias a que los investigadores desarrollaron nuevos métodos sismológicos, pudieron llevar a cabo una cronología de un año para reconstruir lo que había sucedido. Dicha cronología se dividió en dos fases, durante la primera, el magma se elevó desde un depósito de 15 kilómetros de ancho, encontrado en el manto, a unos 29 kilómetros de la superficie terrestres, en el fondo del mar.

Sobre esto, la sismóloga del Centro Alemán de Investigación  en Geociencias GFZ, Simone Cesca, declaró:

“Desencadenaba enérgicos terremotos a lo largo de su camino a la superficie”, añadiendo que, “de hecho, reconstruimos la migración acescente del magma siguiendo la migración ascendente de los terremotos”.

En la etapa siguiente, se formó un camino de magma, lo cual permitió que ésta fluyera desde el embalse hasta el lecho marino, donde se formó el volcán. Esto ocasionó que el área sobre el depósito se debilitara y hundiera, generando fallas y fracturas en el lugar. En las ocasiones que los terremotos relacionados con el volcán y las placas tectónicas se movían en esta área del depósito, se generaban los extraños zumbidos sísmicos.

En concreto, aproximadamente unos 1,5 km cúbicos de magma se drenaron desde el depósito. Pero, debido gran tamaño del volcán, se presume que puede haber sido mucha más magma. Además, a pesar que el volcán ya se formó, aún pueden llegar a ocurrir más terremotos, según el investigador Torsten Dahn, quien declaró que, “La corteza terrestre sobre el depósito profundo podría seguir colapsando, provocando terremotos más fuertes”. 

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